El otro día escuché la frase “Una de cal y otra de arena”, y
se me ocurrió algo que contar en el blog sobre las cosas malas y las cosas
buenas que nos pasan. El problema es que me dí cuenta que no tenía muy claro si
la cal era buena o mala, y lo mismo me pasó con la arena. No sabía si la parte
mala o buena se refería a una u otra.
La verdad es que no me preocupé demasiado, porque José
Google me iba a dar la solución seguro.
Si te tengo que ser sincero, no encontré una respuesta que me conformara.
Obviamente no había un lugar específico en que se me ocurriera buscar, y las
opiniones de la gente, según sus diferentes experiencias, decía que la buena era
la cal, o la arena, sin un argumento muy sólido.
Se me ocurrió preguntarlo en Facebook después, y sucedió lo
mismo, hasta que alguien me aseguró que no hay una buena y otra mala, sino
simplemente son complementarias, a veces en la vida hay algo de cal, y otras
veces algo de arena.
Creo que el problema es que a veces estamos cansados de
siempre encontrar arena, y nunca algo de cal, y sin darnos cuenta, en lugar de
ir a buscarla al lugar correcto, la intentamos encontrar en medio de un
arenero. Definitivamente se nos va a hacer mucho más difícil encontrarla. El
inconveniente no es que nos hayamos equivocado, porque en ese momento
deberíamos dejar el arenero e ir a buscar la cal a otro lugar. El tema es que
muchas veces nos empecinamos, y nos intentamos autoconvencer de que algo de cal
tiene que aparecer ahí, y seguimos mucho tiempo desilusionados porque no
aparece cal en ese lugar. El problema no es que no aparezca la cal ahí, sino
que somos nosotros los que preferimos culpar al arenero en lugar de ir a buscar
la cal al lugar correcto.
Esas son cosas que se le ocurren a mi cerebro cuando escucha
una simple frase como “Una de cal y otra de arena.”
Eh... Me dieron ganas de ser albañila con tanta cal y arena.
ResponderEliminaruf Martín, yo trabajé en una obra donde construimos 38 casas en forma cooperativa. Al terminar la obra se hizo un sorteo y hoy vivo felizmente en una de ellas. Te puedo asegurar que en mis tres años de obra siempre preferí llevar las carretillas de arena y no trabajar con cal. La cal me daba alergia, me ardian los ojos y me quedaba sin aire. Todo en la vida tiene un equilibrio, lo bueno existe en función de lo malo.. pero qué querés que te diga, yo si podía zafaba de la cal, como prefiero evitar los momentos malos.
ResponderEliminarLa vida es un constante equilibrio, el problema radica en la percepción. Hay veces que nuestro estado de animo nos hace ver solo la arena y otras la cal, y siempre deja más huella la cal que la arena. El bienestar esta en el equilibrio.
ResponderEliminarjajaja
ResponderEliminarHace poco tambien busque lo mismo en gloogle y tampoco tuve suerte!
Cuando empece a leer el post pensé que por fin alguien habia dado con la respuesta!
:(