Un día seré yo el que muera, y tampoco me afectará.
No le tengo miedo a la muerte, a lo que le tengo temor es a los momentos previos.
Con esto me refiero a que no solo le temo al sufrimiento físico, que espero que sea lo menos posible, sino a los replanteos que uno se puede llegar a hacer en ese momento.
A veces pienso que ese momento ya existió, ya pasé por aquel momento previó a la muerte, y en una conversación con ese ser superior del que tanto dudé, y que era muy diferente a lo que la gran mayoría piensa, me concedió un gran e inesperado deseo, pero siempre que cumpla con una condición. Me dijo que iba a hacer que vuelva a mis 29 años, exactamente al 14 de octubre de 2013. No puedo negar que me sorprendió y alegró esa noticia, pero no dejaba de intrigarme cuál sería la condición.
En ese momento, me dijo que la condición era que disfrutase de cada instante, que no me preocupara por problemas banales, y que principalmente, me guiara por lo que sintiese mi corazón. Que no volviera a cometer los mismos errores que cometí en mi vida, que me guiara por mi instinto, porque como bien sabía, la vida pasaba demasiado rápido como para no hacer, o por lo menos intentar, lo que me gustaba.
Hoy cuando me desperté, me sentí de una manera especial, y por ahí esta historia que te conté no es sólo una historia, sino una forma de recordarme día a día, que no debo desperdiciar esta segunda oportunidad.
Me ha inquietado tu entrada.
ResponderEliminarMe alegro, porque es uno de los objetivos de mi blog, el inquietar a quien lo lee.
Eliminar
ResponderEliminarNo le podemos temer a la muerte porque es vulgar. El dolor es otra cosa es personal.
No sabemos como ni cuando será el estreno de nuestra vida, por eso el ensayo debe ser divertido y satisfactorio. Saltos y brincos
Prefiero pensar que no es un ensayo, sino que estamos en plena obra y el género es la improvisación.
EliminarSin necesidad de comprometerte, paso a avisar que apareciste por acá...
ResponderEliminarhttp://invisiblemente.blogspot.com.ar/2013/10/los-once.html#award
Fijate.
No me comprometés en absoluto, me siento libre de hacer lo que sienta, sin esperar consecuencias negativas de tu parte.
EliminarA ver...me voy a fijar...
Tendríamos que descubrir, también, una manera de evitar perder las primeras oportunidades siempre...
ResponderEliminarSaludos!
J.
Si, no siempre se tiene la ventaja de que te den una segunda oportunidad.
EliminarMachado dice: "La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos."
ResponderEliminarAhora, qué bien estuvo esa jugada de los cielos, para darte una segunda vuelta. A vivir, nomás.
Espero no ser un mal agradecido y hacer valer tal esfuerzo que hicieron para darme esta segunda oportunidad.
EliminarIgual recomiendo no esperar la segunda oportunidad, porque a veces no llega. Hay que valorar y disfrutar de las primeras.