Para mi los potenciales asesinos seriales, si fueron criados en una buena familia y bien educados, se transforman en dentistas. Conviven todo el tiempo con el sufrimiento ajeno que ellos causan a través de esa arma mortal que es el torno, y que con solo escucharla en la sala de espera hace que uno ponga en duda si no prefiere morir a causa de un problema en la dentadura antes que someterse a que ese aparatito siquiera toque parte de nuestra boca.
Sí, estoy tan de acuerdo que da asco.
ResponderEliminarJAJAJAJJA buen putno.
ResponderEliminarHace poco una amiga elaboró esa misma teoría.
ResponderEliminarPero mi dentista igual no entra en la lista, es una genia ♥
Ni que lo digas. Hace un rato volví de mi odontóloga agradeciendo su buen pulso.
ResponderEliminarUn abrazo!
Siempre pensé lo mismo. La profesión requiere un nivel de morbo pocas veces visto en un mortal.
ResponderEliminarUPR ahora también en twitter: @unpocorara
Por la conquista del mundo!