Elijo creer
En el invierno de este lado del mundo tuve la suerte de poder pasar por Verona. Por si no lo sabés, es la ciudad en dónde se puede respirar en el aire la historia de Romeo y Julieta.
Hay mucho de mito y otro tanto de verdad, pero hay una tradición que me pareció muy interesante. En la “casa de Julieta”, en la cual se encuentra el famoso balcón, uno tiene la posibilidad de escribirle una carta a Julieta. Hay mucha gente que espera años para poder escribirle, y otros tantos improvisados como yo se encontró con esa posibilidad estando ya allí. Agarré una hoja y una lapicera, y me puse a escribir.
La gran mayoría le escribe acerca de su historia de (des)amor y de sus reflexiones sobre la misma, y también están los que les piden consejos sobre qué hacer, o no hacer, qué decisión tomar, en relación a la situación amorosa en que se encuentran.
Lo lindo de esta historia es que esa carta no queda en el olvido y se van acumulando en un buzón para que dentro de 100 años las nuevas generaciones conozcan las historias de amor de la época. Hay un grupo de mujeres que se hacen llamar “las secretarias de Julieta” que tienen por labor recoger cada una de las cartas que la gente va dejando, y luego de leerlas van respondiendo una a una. Responden más de 8.000 cartas al año.
Una vez que escribí la carta y la deposité en el buzón, elegí creer. Elegí creer que esta historia es verdad, que hay unas mujeres que le dedican su tiempo a responder a cada una de las cartas y que alguna mujer iba a leer la mía y me iba a responder. La otra opción es pensar que las exportan a India o China para que señores de 50 años la respondan sin dedicarle el amor que cada carta merece, o aún peor, tienen modelos de cartas de respuesta y sin siquiera leer la carta, mandan una respuesta automática.
Lo mismo me pasa con los trucos de magia, yo prefiero creer que esa ilusión existe, y sorprenderme con cada nuevo truco. La otra opción es intentar encontrar “cómo lo hacen”, e indefectiblemente me sentiré desilusionado una vez que lo descubra.
Para terminar, muchas veces prefiero vivir con una ilusión, aún sabiendo que puede ser mentira, pero siendo feliz, antes que intentar descubrir la verdad, para jactarme de ello, pero viviendo más triste el resto de mis días.
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Hay una película, no se si la viste que cuenta lo que vos contas. No se si existirán esas mujeres, y si contestaran las cartas... creo que igual algunas preguntas mías solo el destino tendrá respuesta..
ResponderEliminarSi, la ví después de haber ido a Verona. Doy fé que contestan las cartas, o por lo menos algunas, pero no sé quién, cómo ni cuándo.
Eliminaruhh mira vos, te responden?... que loco... estaría bueno trabajar de eso.. aunque hay algunas cosas que uno no puede contestar, pero cuando de trata de otros es mas fácil.
ResponderEliminarPorque no creer ? Sobre todo, porque no creer en aquellas historias que nos hacen bien?. Y sobre todo de todo: cual sería el argumento del que no cree ?.
EliminarNcNc
EliminarNo te respondí a vos, solo que puse mal el dedo.Saludos
El argumento del que no cree suele ser un argumento racional sobre las probabilidades de que ese hecho sea verídico y suceda.
EliminarEstoy atravesando momentos así... pfpflsdjnsdlkjcn
ResponderEliminarque lindo leerte!
La única parte que entendí fue "pfpflsdjnsdlkjcn"
EliminarMomentos de "Elegí creer que esta historia es verdad..."
Eliminar=)
Puede ser que la canción no termine bien, pero...quien te quita lo bailado?
EliminarPrefiero escalar de felicidad y arriesgarme a caer para volver a empezar, que estar siempre al raz del suelo.
pues claro! te banco a pleno.
EliminarParece que ya has visto la pelicula, yo tambien elijo creer, luego me pueden llamar ilusa, pero yo me siento bien y disfruto pensando que la magia existe, el amor es posible, los amigos están y el mundo mejorará. Un abrazo
ResponderEliminarSi, ví la película después de mi viaje por esos lados, lo cual tuvo un encanto especial.
EliminarPrefiero ser un iluso feliz, que alguien triste que posee la verdad.
Eso es nuevo, cuando fui a Verona no había esa posibilidad, pero fue igual de interesante ir allí.
ResponderEliminarSi..! Siempre existió...antes había que dejarla pegada en el muro de la casa, y ahora pusieron un buzón, pero la tradición tiene muuuuchos años.
EliminarYo también opto por creer ¡Qué hermoso tener la oportunidad de recorrer el supuesto balcón de Julieta! Admirable el talento de Shakespeare que recrea una historia y logra que aún en este siglo sigamos nombrándola, leyéndola, sintiéndola...justamente porque nos brinda la posibilidad de descubrirnos en la fuerza pasional que mueve a los personajes hacia el infinito.
ResponderEliminarLo curioso es que la ciudad se adaptó a sus textos. Al caminarla no sabía si él se había inspirado en la ciudad o la ciudad se había inspirado en sus textos.
EliminarEstuve hace unos años en "la casa de Julieta" y vi los muros escritos y el balcón. También había una pequeña cola de turistas que esperaban para sacarse una foto tocando las tetas a la estatua de Julieta, no me acuerdo si era que "daba suerte" o qué.
ResponderEliminarNo vi la peli que mencionan, ¿cuál es?
Me parece que lo de la teta es para volver a Verona...yo la toque, aunque la sentí un poco fría para mi gusto.
EliminarLa peli se llama "Cartas para Julieta", espero que te guste!